TO-03C-Las grandes cosas empiezan desde el interior

Las grandes cosas empiezan desde el interior

 Lucas 1, 1-4; 4, 14- 21

Por José Ramón Ruiz Villamor Sacerdote (miembro de CSJ)

El reto… ir a tu tierra,
a tu pueblo
y contar a tu gente la noticia que sientes, que vives que te hincha el pecho.
No importar la reacción.
La noticia nueva brota en ti y no la puedes retener.

«El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.
Me ha enviado a evangelizar a los pobres,
a proclamar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista;
a poner en libertad a los oprimidos;
a proclamar el año de gracia del Señor».
Y, enrollando el rollo y devolviéndolo al que lo ayudaba, se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos clavados en él.
Y él comenzó a decirles:
«Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír»

Dicen que cuando un huevo se rompe desde fuera, la vida termina; en cambio, si se rompe desde dentro, la vida empieza.

Así es la buena noticia que brota desde el corazón de Jesús: «hoy empieza el año de gracia del Señor».

Y desea contársela a aquel puñado de gentes sencillas con las que ha compartido travesuras desde pequeño.

No importa que todos en Israel se pregunten si de Nazaret pueda salir algo bueno.
Desea compartir mucho más que las pequeñas experiencias y los breves encuentros que puede regalar a cada enfermo que regenera con sus manos sanadoras y sus palabras de liberación.
Jesús percibe cómo, con cada curación, cada israelita vive en lo pequeño  lo que todo el pueblo celebra cuando llega «el año de gracia». Pero Él desea más. Quiere que los suyos conozcan de primera mano  quién es Él y sobre todo cómo es el corazón del Padre.

La ley de Moisés ordenaba celebrar un año de gracia cada 50 años. En ese año la vida empezaba de nuevo, las deudas quedaban abolidas, los que habían tenido que venderse como esclavos recobraban la libertad y del mismo modo se recuperaba la propiedad de las tierras.
Incluso Jesús va mucho más allá y añade “hasta los ciegos recobran la vista”, porque la ceguera, como toda dolencia, se sentía como un castigo de los pecados cometidos. 

¡Pues  no! todo se perdona. La liberación es total.

Lo curioso es que el año de gracia se promulgaba haciendo sonar el cuerno (el yobel) en todo Israel. De tal modo que pronto se asoció el «júbilo» que proporcionaba la liberación con el sonido del «yobel».

Durante 30 años, en Nazaret, Jesús había frecuentado fielmente la sinagoga como uno más.
Pero, esta ocasión no va a ser una más. Va a suceder algo insólito.

Sobre este Jesús que aclamado, vuelve a su pueblo que lo espera, se posan los ojos y los corazones ansiosos.
Y cuando proclama «Hoy se ha cumplido esta Escritura que acabáis de oír» esos corazones esperanzados comprenden que el mismo Jesús es la buena noticia de la liberación.

Lucas lo enfatiza bien usando el adverbio «hoy».
Es el mismo «hoy» que se oye con ocasión del bautismo de Jesús «Tú eres mi Hijo; yo te he engendrado hoy»; o cuando en casa de Zaqueo, Jesús le anuncia «Hoy ha entrado la salvación a esta casa», o cuando promete al honrado ladrón que muere con Él en la cruz: «Hoy estarás conmigo en el Paraíso».

Es el «hoy» de la liberación que transforma cada nuevo día en el eterno presente de Dios.

Si tienes ideales, no te importe cumplir años, porque las grandes cosas empiezan desde el interior.

Consigue superar que alguien, en quien confías, te defraude.
Si dejas que esos pesares crezcan empezarás a envejecer en tu interior, las decepciones se acumularán y las discapacidades aumentarán.

¿Es posible sanear las heridas aunque permanezcan las cicatrices, y regenerar el espíritu de juventud?

Lucas, en el evangelio de hoy sugiere que así lo cree cuando cuenta:

Puesto que muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han cumplido entre nosotros, como nos los transmiteron los que fueron desde el principio testigos oculares y servidores de la palabra,también yo he resuelto escribírtelos por su orden, después de investigarlo todo diligentemente desde el principio, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.

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