Ama y haz lo que quieras
Marcos 10, 2-16
Por José Ramón Ruiz Villamor – Sacerdote (CSJ)
Desde que san Agustín escribió esta frase, ha sido citada con entusiasmo a lo largo de los siglos.
El éxito de estas 6 sencillas palabras radica en que invitan a vivir en la confianza, la autenticidad y el coraje la esencia de su mensaje: Dios es Amor.
En cambio, en este trozo de evangelio, Marcos cuenta cómo sea el poderoso quien se siente en el derecho de “hacer lo que quiere”:
En aquel tiempo, acercándose unos fariseos, preguntaban a Jesús para ponerlo a prueba:
« ¿Le es lícito al hombre repudiar a su mujer?».
Él les replicó: « ¿Qué os ha mandado Moisés?».
Contestaron: «Moisés permitió escribir el acta de divorcio y repudiarla».
Jesús les dijo:
«Por la dureza de vuestro corazón dejó escrito Moisés este precepto. Pero al principio de la creación Dios los creó hombre y mujer. Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Pues lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre».
En casa, los discípulos volvieron a preguntarle sobre lo mismo.
Él les dijo:
«Si uno repudia a su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera. Y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».
Acercaban a Jesús niños para que los tocara, pero los discípulos los regañaban.
Al verlo, Jesús se enfadó y les dijo:
«Dejad que los niños se acerquen a mí: no se lo impidáis, pues de los que son como ellos es el reino de Dios. En verdad os digo que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él».
Y tomándolos en brazos los bendecía imponiéndoles las manos.
Al leer este texto, te ruego que evites caer en la trampa farisea.
No te dejes llevar al debate: «toda persona tiene derecho a divorciarse».
A cambio te propongo que confíes en este Jesús, aunque pueda parecer radical e intransigente. Porque en realidad la respuesta de Jesús defiende con fuerza al ser que no dispone de defensa, en este caso a la mujer.
Jesús es intransigente con quien, sin pizca de amor, actúa con prepotencia, se siente tan poderoso que incluso diseña las leyes para proteger su propio interés.
En cambio a Jesús le gustaría que quisiéramos construir nuestras relaciones aderezándolas con amor; porque cada vez que el amor sobrepasa el interés, colaboramos en el diseño de Dios.
Es algo parecido a lo que vive cada madre cuando piensa en un diseño de amor para su hija o hijo.
En esta perspectiva, el divorcio prepotente de los fariseos hace parte del diseño del des-amor.
Mientras que conjugar el amor es colaborar en el desarrollo de la persona; es cultivar en toda relación la autenticidad, la dignidad; es vivir con naturalidad el ser “una sola carne”.
Estos ingredientes son parte del matrimonio; pero no son exclusivos del matrimonio.
Hacen parte del diseño de Dios para la humanidad.
Algo parecido a como lo vive cada madre o cada padre.
Por eso, creo que Marcos desea que el mensaje de Jesús toque tu corazón y el mío; para que podamos ver al otro con los ojos del padre-madre Dios y no con los del miedo, el poder o el interés.
Todos hemos experimentado dónde está la dificultad de esta tarea.
Por eso deseo agradecerte que, a pesar de ello sigas gastando tu vida en procurar felicidad a las personas que Dios ha puesto junto a ti.
Lo haces porque amas.
En tu interior sientes cómo esta sea tu vocación.
Es más, aunque no siempre sepas muy bien cómo funciona, te das cuenta que tu modo de amar es el molde sobre el que aquellas personas que amas van alimentando su propia relación con Dios.
Y así, de vez en cuando te sorprendes al ver cómo tú, los otros y Dios “vais siendo una sola carne”.
Y así también tú sonríes en tu interior cuando te sientes que el amar y la libertad van de la mano.
Me encanta contemplar las madres acercan sus hijos a Jesús. Me hace sonreír el gesto enrabietado de Jesús con sus amigos. Me divierto y me quedo embelesado al contemplar a esos niños jugueteando entre el regazo y los brazos de Jesús mientras les llena de besos y bendiciones.
Así que, a ti que eres persona que amas, te deseo que vivas la alegría de ser una bendición.
Y que también, te sientas bendecida